Que el hombro es una articulación importante para el
escalador y que de su buen estado depende en parte el progreso del rendimiento
en la escalada, desde luego no es algo nuevo.
Gran
parte de los escaladores que acuden a mi consulta, sufren o han sufrido
trastornos funcionales o lesiones en el hombro.
El
hombro posee en sí una cualidad que lo hace especial. Es un complejo articular
formado por 5 articulaciones a las que se les exige movimiento en la practica
totalidad de los segmentos del movimiento y cuya relación directa hace que la
influencia de unas sobre otras pueda resultar determinante en el proceso
evolutivo de una lesión.
Estas
5 articulaciones son:
-
Gleno- humeral
-
Acromio- clavicular
-
Esterno- clavicular
-
Subescapular u Omotorácica
-
Subacromial
Estas articulaciones poseen
tejidos tales como capsula articular, meniscos y ligamentos que se encargan
específicamente de la estabilidad articular. Por otro lado, muchos músculos
envuelven estas articulaciones, lo cual también es una gran ayuda para el
soporte y otros se insertan mediante los tendones en las proximidades de la
articulación, pudiendo incluso compartir fibras con la capsula articular e
incluso recibiendo el líquido intraarticular dentro de ellos (lo cual nos dará
mucho que hablar en el capítulo sobre tendinopatías).
Pero además, deberíamos tener en
cuenta que gran parte de los músculos que participan en las acciones del
hombro, tienen su origen o inserción en la columna vertebral, por lo cual,
cualquier tipo de disfunción vertebral puede afectar sobremanera el estado del
hombro y por ello su disposición al movimiento o a la fuerza.
Escalador: Miguel Navarro; Foto: BiZaes |
Las patologías de hombro más
frecuentes en relación a la practica de la escalda son:
-
Contracturas o Punto Gatillo Miofascial
-
Tendinopatías
-
Esguince- luxación
-
Inestabilidad anterior de hombro
-
Síndromes de los desfiladeros toracobraquiales
-
Disfunciones articulares.
Generalizando un poco, se podría
decir que tanto las contracturas, punto gatillo miofasciales y las tendinopatías
aparecen por la sobrecarga mecánica de los tejidos y un mal acondicionamiento
muscular.
Los
esguinces y luxaciones son accidentes traumáticos agudos.
La
inestabilidad anterior del hombro aparece debido a un desequilibrio muscular
importante y una incapacidad funcional de los tejidos que se encargan del
centraje de la articulación.
Los
síndromes de los desfiladeros son estados compresivos del sistema nervioso periférico
que aparecen por el desequilibrio muscular y la aparición de retracciones
fasciales y disfunciones articulares.
Por su partes, las disfunciones
articulares aparecen por la adaptación a la falta de movimiento de otras
estructuras relacionadas.
La importancia de la prevención
reside en no sufrir lesiones que condicionen nuestros planes, por es importante
adquirir rutinas que complementen nuestro estado de forma.
En la Clínica AM fisioterapia-
osteopatía realizamos un trabajo sobre el equilibrio dinámico agrupando
disciplinas como el Pilates, Yoga, Tai- Chi, Body Balance y ejercicios de
conciencia corporal trabajando específicamente sobre tejidos sensibles a sufrir
lesiones.
Basaremos todos los ejercicios en
la calidad de la contracción abdominal y la conciencia sobre las posiciones del
cuerpo, para de este modo desencadenar el máximo de reacciones nerviosas y
musculares que nos obliguen a un trabajo de estabilidad máximo.
Los órganos mediante los cuales
nuestro cuerpo recibe la información sobre la posición en las que se encuentran
las articulaciones, residen en músculos , tendones, ligamentos y también el la
piel. Estos órganos reaccionan a los pequeños movimientos articulares mandando
un mensaje a nuestro cerebro describiendo en cada momento la posición exacta en
la que se encuentra cada tejido y este, interpreta y ordena la contracción o
estiramiento de los diferentes músculos asegurando el buen estado de la
articulación.
Por ejemplo, tenemos bien
agarrado un cazo, de esos de los que te podrías llevar a casa, y con la otra
mano estamos buscando una presa que queda algo lejana, perdemos el equilibrio y
un pie se nos va, pero el cazo es bien bueno y nos quedamos cogidos a él. En el
momento en el que el hombro debe soportar toda la fuerza de tracción, la
velocidad con la que el impulso por el cambio de posición de la articular
llegue al cerebro y el tipo y calidad de la señal que emita este, puede
diferenciar entre volver a intentarlo o sufrir una lesión traumática como un
luxación, un esguince, la rotura de un tendón…
Además, un buen entrenamiento
sobre el control de estos estímulos, mejora la calidad de la fuerza muscular,
ya que el reclutamiento de las fibras musculares necesarias para cada gesto
fino será mucho más eficiente y esto se convertirá en una mejora de la eficacia
gestual.
Estos son algunos de los
ejercicios que utilizamos en nuestras clases de prevención de lesiones para
escaladores.
1.
Trabajo de la musculatura abdominal profunda
Este es un ejemplo de un ejercicio de máxima contracción de la musculatura
abdominal profunda. Con el trabajo de esta músculatura conseguimos mejorar la
transmisión de fuerzas.
2.
Ejercicio de desequilibrio de hombro con
potencia abdominal
Trabajamos la estabilidad del hombro además de solicitar una máxima
contracción abdominal
3.
Fondos + aperturas laterales
Dependiendo de la velocidad con la que pasemos de una posición a otra en
el ejercicios realizaremos trabajos sobre musculatura diferente.
Para aumentar el trabajo sobre la estabilidad podemos añadir elementos de
desequilibrio y cambios en la posición de las piernas o brazos.
4.
Trabajo de disociación de ambas cinturas
En sí, la postura requiere gran concentración y
trabajo abdominal además de solicitar gran contracción de los músculos relaciondos
con la postura del hombro. Además, si realizamos una extensión de brazos y
piernas añadiremos al desequilibrio la máxima contracción de la musculatura
abdominal.
Podremos añadir una tercera pelota para hacer trabajar a los
hombro por separado y añadir dificultad al ejercicio.
Desde luego recomiendo incluir
este tipo de ejercicios dentro de las rutinas de entrenamiento pero siempre
poco a poco e ir aumentando la dificultad y exigencia de los mismos
progresivamente.
No hay que olvidar que el fin de
los mismos es la prevención de las lesiones y si realizándolos sufrimos algún
dolor, lo más fácil será que lo estemos haciendo de una manera incorrecta y
deberemos consultar con alguien para modificar la manera en la que lo
realizamos.
Álvaro Macario Serrano
Fisioterapeuta y Osteopata
amfisioterapia.es
Agradecimientos a Sendoa Ortega,
Miguel Navarro y BiZaes